miércoles, 12 de septiembre de 2012

¡Galletas glaseadas! Royal icing paso a paso

¡Se acabaron las vacaciones! Para mí y para el blog... Esto de cocinar y no publicar no puede ser. Así que cerramos la temporada veraniega con una receta que os sorprenderá por lo fácil que es.


¿Quién no conoce las galletas decoradas o glaseadas? Son una alegría para la vista y para el paladar. Incluso hay veces que da pena comérselas. Pues bien, os doy una noticia: no hace falta que vayáis a una repostería cara a comprarlas o a un bautizo a que os regalen una. Las galletas decoradas son FACILÍSIMAS de hacer. (Ojo, como es natural, para decorar a altos niveles si harían falta herramientas y técnicas un poco enrevesadas. Pero las técnicas básicas son tan fáciles que las puede hacer cualquiera, lo garantizo).

Lo primero que necesitamos es una masa de galleta, digamos, básica. Yo elegí una receta de galletas de mantequilla que El Monstruo de las Galletas publicó hace tiempo. 

INGREDIENTES

150 gr de mantequilla
150 gr de azúcar
50 ml de leche 
1 huevo
325 gr de harina
una pizca de sal

Para el glaseado:
1 clara de huevo
100-150 gr de azúcar glas
colorantes alimentarios

PREPARACIÓN
  1. Sacamos la mantequilla media horita antes de la nevera, para que sea más fácil de manejar. La mezclamos en un bol con el azúcar.
  2. Batimos y añadimos el huevo.
  3. Tamizamos la harina con la sal y vamos añadiendo la leche a chorritos conforme vamos mezclando.
  4. Trabajamos la masa ligeramente, hasta que sea una masa homogénea, y a continuación hacemos una bola con la masa, la envolvemos en film transparente y la dejamos reposar media hora en la nevera.
  5. Mientras la masa reposa, el horno se ha ido precalentando a 180ºC.
  6. Sacamos la masa del frigo y la estiramos con un rodillo sobre una superficie limpia y espolvoreada de azúcar glas.
  7. En cuanto al grosor de la plancha de masa: no recomiendo que sea ni muy fino (se rompería / quemaría por los bordes) ni muy grueso (no se cocería por dentro). El grosor que veis en las fotos va bastante bien.
  8. Con un cortador o incluso con un vaso vamos haciendo las formas deseadas.
  9. Placa de horno con papel vegetal y adentro 12 minutos, vigilando siempre por si hay que sacarlas un poquito antes o dejarlas algún minutín más (cada horno es un mundo, señores)


¡Tachán! Ya tenemos las galletas. Ahora vamos con la parte divertida: glasear. No os preocupéis si no tenéis mangas pasteleras. Por supuesto, es recomendable tenerlas y poderles ensamblar boquillas de diferentes tamaños... pero si son vuestras primeras galletas glaseadas, con una sola boquilla o con una bolsa de plástico para congelados tenéis más que suficiente.

PREPARACIÓN DEL GLASEADO

  1. Montamos la clara a punto de nieve (no necesariamente muy duro).
  2. Vamos añadiendo poco a poco el azúcar glas.
  3. Ahora llega el momento de separar, al menos, dos colores (uno para los bordes y otro para el relleno). El glaseado de los bordes debe ser más denso, y el del relleno, más líquido y maleable. Así que con mucho cuidado pasamos a un bol más pequeño la cantidad de glaseado que estimemos que vayamos a usar para los bordes. CÓMO SABER SI TIENE LA TEXTURA PERFECTA PARA HACER LOS BORDES (LINING): si con una cucharilla cogéis una pequeña porción, dibujáis una línea sobre el resto del glaseado y tarda unos segundos en desaparecer, tenéis la consistencia adecuada. No os preocupéis si os parece líquido: se puede añadir un poco más de azúcar glas hasta obtener la textura que buscáis. En el caso de mi receta, el glaseado exterior era en color blanco, así que no tuve que añadir ningún colorante. Cuidado si usáis colorantes líquidos, ya que van liquidar la mezcla.
  4. En el bol con la mezcla original de glaseado (podemos incluso separar más boles si queremos más colores), añadimos el color deseado y vamos experimentando con la textura.CÓMO SABER SI TIENE LA TEXTURA PERFECTA PARA HACER EL RELLENO (FILLING): Haciendo la misma operación con la cucharita, sabremos que el glaseado tiene la consistencia perfecta si, aún siendo algo denso, rápidamente el "hilo" de la cuchara se funde con el resto del contenido del bol. Si nos parece demasiado denso para eso, podemos añadir unas gotas de agua o de zumo de limón. Pero solo unas gotas y probando sucesivamente.



¡A COLOREAR!
  1. Empezamos por el glaseado "duro", el exterior. Llenamos la manga pastelera o bien una bolsa de plástico para congelar con nuestra mezcla. Para llenarla, lo más fácil es colorarla dentro de un vaso y hacer caer los bordes de la manga o de la bolsa por los lados del vaso. Con una espátula rellenamos la manga o bolsa y a continuación subimos y cerramos el recipiente. (Dios mío, con lo fácil que es y qué complicado parece explicado con palabras! VÍDEO AQUÍ).
  2. Si estamos usando una bolsa, es el momento de hacerle un pequeñíííísimo corte a la bolsa de plástico por donde queramos que salga el glaseado.
  3. Y ya, pues nada, con un poco de paciencia dibujamos el contorno de la galleta, o tal vez el contorno y una carita sonriente en medio... Lo que queráis.
  4. Preparamos OTRA manga pastelera o bolsa para el glaseado de color. Esto es bastante más fácil, simplemente vamos vertiendo el glaseado en el interior de la galleta. Si lo habéis hecho bien, veréis como el glaseado exterior hace de "muro de contención" para el relleno.
  5. Antes de que se sequen podemos añadir virutas de chocolate, perlitas, estrellitas, almentras picadas... Todo va bien, imaginación al poder!


Y para que veáis que a veces no me salen las cosas, pero hay que tener inventiva para solucionar los imprevistos... Estas galletas las hice para un evento familiar, así que hice EL DOBLE de la receta de galleta. Aunque tenía bastante glaseado, no calculé bien y me quedé sin glaseado exterior para muchas galletas. ¿Qué hice? Añadir más azúcar glas a la mezcla para el filling, de manera que no fuera demasiado líquida. Y con eso las decoré y las salvé :)

Una vez que hayáis terminado la decoración, las galletas deben reposar a temperatura ambiente sin apilarlas ni mezclarlas al menos por una hora o dos. Cuando el glaseado se ha endurecido son mucho más manejables.

¿Os ha gustado esta receta? Es bastante divertido y estas galletas lucen mucho, os lo aseguro.

martes, 17 de julio de 2012

Banana bread / Bizcocho de plátano

¡Hola de nuevo, mentachocolateros! Como muchos sabéis, este verano estoy en Francia, trabajando como au-pair con una familia inglesa. Es la segunda vez que paso un verano au-pair y entre las muchas ventajas que le encuentro, la gastronómica es la que más viene a cuento comentar aquí :P Viajar es descubrir y descubrirse, y cualquier manera es buena. Pero vivir un tiempecillo con una familia te da una perspectiva bastante auténtica de las costumbres de un lugar. Y en cuanto a la comida y a los ritos que la circundan en cada cultura, descubrir eso es apasionante.

Yo llevo ya un mes con esta familia y estoy aprendiendo muchísimo, apreciando las diferencias entre sus horarios y los míos, lo que para ellos son productos básicos y para mí no y viceversa, la diferente manera de entender “comer juntos”... etc. Y de paso, cómo no, aprendiendo recetas nuevas. Lo que hoy traigo es algo que nunca pensé que haría ni que probaría: bizcocho de plátano.
Quien me conoce sabe que NO me gusta el plátano. El sabor más o menos lo llevo bien, pero la textura del plátano... No puedo. Y sin embargo ahora me he tenido que auto imponer una orden de alejamiento porque como pase por delante del bizcocho, cae un trocito. Es DELICIOSO.


INGREDIENTES

125gr de mantequilla
180gr de azúcar moreno
350gr de plátano machacado (unos 4 plátanos medianitos, a ser posible un poco pasados)
2 huevos
1 cucharadita de extracto de vainilla
1 cucharadita de canela
250gr de harina
¾ de cucharadita de bicarbonato sódico
1 cucharadita de levadura
3 cucharadas de leche templada

PREPARACIÓN
  • Precalentamos el horno a 180ºC y engrasamos un molde rectangular (como otras veces he dicho, incluso mejor que engrasar el molde es forrarlo de papel de horno, o engrasar solo las paredes laterales y poner en la base un rectángulo de papel de horno).
  • Mezclamos la mantequilla, que habremos sacado a temperatura ambiente un rato antes, con el azúcar.
  • Añadimos los plátanos y batimos.
  • Añadimos los huevos, la vainilla, la canela y una pizca de sal. Batimos.
  • Tamizamos la harina con la levadura y volvemos a mezclar.
  • Diluimos el bicarbonato en la leche calentita y añadimos a la mezcla.
  • Batimos por última vez y ponemos la masa en el molde.
  • Estará en el horno unos 50-55 minutos, o cuanto indique “El Pincho” (ya sabéis, si metéis un palo de madera / pincho en el centro, hasta el fondo del molde y sale limpio, es que la masa está cocida).
  • Esperamos unos 10 minutos antes de desmoldar ...et voilà!



Hay solo una cosa más deliciosa que este bizcocho, y es el olor de este bizcocho cuando lleva media horita en el horno. Mmmmmm... Inundaba toda la casa.


¿Qué tiene de bueno esta receta? Que es una idea perfecta para aprovechar los plátanos que se van poniendo malos, esos que están más negros que el tizón y tu madre te dice “comételo, que eso no le hace!”, pues bien, en este bizcocho pasará desapercibido que estén un poquillo blandengues, y de hecho es mejor. Eso de aprovechar las cosas que se van poniendo malas es muy abuelístico pero oye, muy práctico.



lunes, 9 de julio de 2012

El reto de los 100 "me gusta": Canelones de paté


¡Por fin! Lo prometido es deuda, cumplimos el reto de los 100 “me gusta” en Facebook y con un mes de retraso anuncio que NO, no he muerto, ni estoy a dieta, ni he abandonado el blog: solo es verano, estoy trabajando como au-pair y desgraciadamente no tengo la misma disponibilidad que antes :( . Una parte de mí se siente culpable, pero este proyecto requiere tiempo (no solo tengo que sentarme a escribir, sino hacer las recetas, las fotos, editarlas y subirlo todo al blog) y es normal que se adapte a mi ritmo de vida. Pero tengo muy claro que no lo quiero abandonar*. :)


Como iba diciendo, la página deFacebook de Menta con chocolate ya tiene más de 100 fans, muchos de ellos son personas desconocidas, externas a mi grupo de amigos/familiares, y eso lo hace aún más emocionante. A finales de mayo hicimos una votación para elegir la próxima receta y tras un par de sustos, la receta elegida fue la de hoy: CANELONES. Digo un par de sustos porque hubo quién propuso que repitiera el famoso arroz duro que cociné en un campamento (esa anécdota la contaré algún día, es mítica), y porque a última hora, cuando quedaba poco tiempo para cerrar la votación, a alguna cabecita pensante un poco novelera como yo se le ocurrió que podría hacer macarons... Cosa que estoy deseando, que conste, ¡¡pero no me sentía preparada!!

Así que canelones... Recetas de canelones hay muchas. Pero si tengo que elegir una, los primeros canelones que quiero que aparezcan en mi blog son estos, los de mi casa de toda la vida. Canelones de paté... Madre mía, cómo están. Lo que más me gusta de esta receta es algo externo a la receta en sí, y es que en mi casa este plato es una especie de amuleto, un símbolo, ya que por alguna extraña razón lo hacemos solo en circunstancias especiales, cuando hay algo que celebrar, o cuando estamos todos juntos después de mucho tiempo. Espero que a vosotros también os genere ese tipo de sensación tan positiva. Comer con la familia, sentarse en torno a una mesa con un plato que todos consideran sabroso y especial... es algo único (¿se nota que estoy un poco homesick?).

INGREDIENTES (4-5 personas)

25 placas de canelones
mantequilla / margarina
3 latas pequeñas de paté o una y media de las grandes (a mí me gusta La Piara, pero poned vuestro favorito)
Queso para gratinar

Para la bechamel:
1 litro de leche
6 cucharadas soperas de maizena
Sal
Nuez moscada
Pimienta blanca molida

PREPARACIÓN
  • En una olla grande ponemos agua a hervir con un chorrito corto de aceite y vamos echando las placas una a una. Las sacamos cuando estén flexibles pero no super blandengues (o el tiempo que indique el fabricante, que muchas veces lo indican).
  • Pasamos las placas por un bol con agua fría para poder manipularlas pronto y las extendemos todas sobre un paño, unas junto a otras.
  • Engrasamos una bandeja de horno con mantequilla o margarina.
  • Ponemos un poco menos de una cucharada de paté sobre cada placa y la enrollamos sobre sí misma. Colocamos los canelones ya rellenos en la placa, unos junto a otros.
  • Para hacer la bechamel, se calientan 600 ml del litro de leche, mientras los otros 400 se dejan fríos o a temperatura ambiente.
  • Desleímos la maizena en la leche fría mientras se calienta el resto de la leche en un cazo. Una vez que la maizena esté bien disuelta, podemos añadirla al cazo y echar una pizca de sal, la nuez moscada y la pimienta blanca.
  • Sin dejar de remover para que no se hagan grumos, tendremos la mezcla a fuego muy lento durante unos minutos hasta que cambie el espesor y haga “plop plop” un par de veces. La bechamel tiene que ser más cremosa que una salsa pero más líquida que un yogur.
  • Cubrimos los canelones, que están esperando pacientemente en la bandeja, con la bechamel. Añadimos unos pocos “pegotitos” de mantequilla o margarina que se dorará en el horno y queso para gratinar a placer (=mucho, en mi caso).
  • Metemos solo a gratinar, ya que todo está ya cocinado, unos 5 minutos a 160ºC.
  • Y aquí los tenéis:



No voy a mentir, son una bomba (pasta = carbohidratos, paté, queso y mantequilla = lípidos), por lo cual los recomiendo como almuerzo, no como cena. A lo mejor por esto en mi casa los reservamos para grandes ocasiones, mmmm, claro, porque si no íbamos a estar todos orondos orondos...

Gracias por leerme y como siempre, animaos. Si yo he podido, cualquiera puede ;)


*BONUS: La razón por la que hoy me he dicho “de hoy no pasa que actualice el blog” ha sido un mensaje que me ha puesto mi hermana pequeña, que está de monitora en un campamento:
“Ha venido una monitora nueva este año q hizo la tarta 3chocs de tu blog ;) xq la buscó n google y de todas fue la que + le gustó!!”
Este mensaje me ha hecho reflexionar acerca del espíritu con el que nació el blog. Me encanta cuando mis amigos me comentan que han probado alguna de mis recetas y han salido bien, me alegro mucho por ellos y un poco también por mí ;) Pero saber que hay gente que no me conoce, que no debe nada y me da ese voto de confianza... buff. Es muy bonito. Y encima que este caso haya sido con esa tarta, la tres chocolates, que para mí fue como un bache que superar y un post del que estoy especialmente orgullosa... Bueno. No conozco a esa chica, pero ya le doy las gracias por haber confiado en mí y por haberme recordado por qué hacía esto. Me voy a esforzar porque no decaiga el ritmo de posts ni siquiera en verano. ¡¡¡Que tenemos que comer todo el año!!!

lunes, 28 de mayo de 2012

Repostería anti-crisis

Cuando empiezas a engancharte a esto de la cocina, te vas dando cuenta de que hay ciertos utensilios o máquinas que antes ni conocías, y de repente parecen imprescindibles. Para los que somos amateurs (y recién licenciados, y por ende desempleados), a veces es frustrante no poder hacer todo lo que quisiéramos, porque ¿cuántas veces vamos a utilizar un pack de horneado de macarons? ¿De verdad hace falta un molde gigante con forma de coche? ¿Estás seguro de que vas a amortizar una HELADERA? And so on.

Yo intento echarle cabeza y pensar si realmente voy a usar mucho ese utensilio/cacharro. También tiro mucho de regalos: para mi cumpleaños hice una lista de cosas que realmente sí creía amortizables, la pegué en la nevera y las sorpresitas fueron cayendo... ¡Creo que a nadie antes le ha hecho tanta ilusión un sacabocados como regalo de cumpleaños!

Pero lo que realmente me parece ingenioso es echarle imaginación y suplir esos utensilios con cosas que tengamos en casa o que podamos elaborar fácilmente. Por ejemplo, para unas galletas decoradas que hice para el cumple de mi amiga Carmen, con un poco de paciencia, cartón y tijeras me hice un molde del número 24. (Tranquis que pienso subir la receta, dentro de poco hablaré de decoración de galletas!) Quedaron muy resultonas, y esto es antes de adornarlas con la glasa:


Como siempre, en internet se encuentran un montón de ideas también en esta línea. No todos podemos permitirnos tener en casa millones de gadgets para usarlos una o dos veces al año, aunque suspiremos por ellos. Así que os presento dos ideas muy buenas para un elemento muy importante en la repostería: la PRESENTACIÓN.

Mi abuela Amparo siempre dice que la presentación es muy importante. Lo dice mientras emplata los guisos que pone a diario, ese es el mérito y el ejemplo. En la repostería, la presentación juega un papel fundamental. Para presentar tartas y bizcochos existen los alzatartas:

Source: etsy.com via Nicole on Pinterest

Pero... ¿no parece carne de "hazlo tú mismo"? Mirad este tutorial: 


O mirad qué bien lo explica Bea, de El rincón de Bea:


Otra idea que me ha encantado es este tutorial para presentar cupcakes, magdalenas o pastelitos de manera individual. Me parece encantador y muy fácil de hacer:


La idea es del blog Morning by Foley,  tenéis el tutorial y los pdfs imprimibles en ese link ;)

Sinceramente, creo que la crisis ha acentuado la tendencia del "Do it yourself", ha despertado el apego por el reciclaje, por las ideas creativas de bajo coste y por la elaboración artesanal de muchas cosas que en otras circunstancias hubiéramos adquirido en unos grandes almacenes. Menos mal que todo tiene un lado positivo...

¿Alguna otra idea anticrisis aplicable a la cocina? :)

sábado, 26 de mayo de 2012

Brownies de praliné rosa con chocolate blanco

Esta es la historia de un encargo que una hermana hizo a otra. "Porfa, hazle un dulce a mi amiga Paula, que es su cumple mañana".
"Vale, ¿qué te parecen brownies?"
"Ok, yo te traigo los ingredientes, ¿qué necesitas?"
"Mmm... chocolate de repostería... huevos no, que ya tenemos... chocolate blanco... y avellanas"
"¡Vale!"
*Dos horas más tarde*
"¡Toma, Belén, los ingredientes!"

Y cuál no fue muy sorpresa cuando vi que mi hermana me había comprado CACAHUETES SALADOS en vez de avellanas. Su argumento era que todos los frutos secos le parecen iguales. En fin... Hacer un brownie sin sus nueces/avellanas no estaba dentro de mis planes así que rápidamente me acordé del praliné de Lyon que me trajo mi amiga Fabi, (GRAAACIAS FABI!), que aún me quedaban 200 gramos esperando su momento... Y el momento llegó.


INGREDIENTES

4 huevos
1 taza de mantequilla (confieso que uso margarina)
150 gr de chocolate negro o de repostería
1 1/2 taza de harina
1 taza de azúcar
200 gr de nueces/avellanas/... o praliné :)
chocolate blanco para decorar

PREPRARACIÓN

  • ¡No puede ser más sencillo! Cubre un molde rectangular con papel de horno y ajústalo bien por las esquinas (en la receta original recomendaban engrasarlo con un poco de mantequilla, pero sinceramente lo del papel de horno es un triunfo asegurado y bastante más limpio y rápido). 
  • Precalienta el horno a 180ºC.
  • Funde la mantequilla con el chocolate al baño maría o a fuego muuuy lento removiendo sin parar. Apártalo del fuego cuando se haya fundido y mezclado bien.
  • En un bol, tamiza la harina y mézclala con el azúcar.
  • Incorpora los huevos batidos al cazo del chocolate e intégralos bien.
  • Vierte la mezcla de chocolate en el bol de la harina y añade los frutos secos (¡se pueden añadir también chispas de chocolate!). Yo tuve que machar un poco el praliné para que no fuera tan grande porque es muy duro, pero cosas más masticables como las nueces o avellanas pueden ir en trocitos grandes sin problema.
  • Cuando esté bien homogéneo todo, viértelo sobre el molde y alisa la superficie.
  • Estará en el horno media hora aproximadamente, pero cada horno es un mundo, así que os recomiendo que hagáis el truco de "palillo sucio / palillo limpio".
  • Cuando lo saques del horno, deja que se enfríe un poco y funde el chocolate blanco. Dibuja sobre la superficie del brownie líneas, pegotes, lo que sea, estará bueno hagas lo que hagas y será creativo :)
  • Una hora más tarde el chocolate blanco habrá solidificado. Sácalo del molde (será super fácil con el papel vegetal) y ya lo puedes cortar en los típicos cuadrados.



¡Aquí se ven los trocitos de praliné asomando! El contraste del marrón con el rosa siempre me ha gustado, nunca pensé que lo vería en un dulce mío y que sería un brownie. Mi veredicto es el siguiente: está DE MUERTE, pero la textura densa explica que siempre se sirva con helados o cremas, la verdad es que se hace demasiado "intenso" si no se acompaña con nada. ¡Pero  mejor, así dura más!


Esta receta la he sacado de un libro maravilloso que me regalaron mis amigos de la Universidad, "Cocina a ritmo de música: Chocolate", uno de esos libros con fotos que te hacen salivar... Así que muchas gracias también a mis UPO-friends :)

¡Que tengáis buen finde!

miércoles, 2 de mayo de 2012

Patatas rellenas de carne


Mis largos silencios (¡desde el Domingo de Ramos no publicaba!) son, en realidad, períodos de alta actividad cocineril. Voy experimentando, probando, esto va para el blog, esto no es suficientemente bueno... Y por fin, a veces con más asiduidad y a veces con menos, subo cosillas nuevas. Esta vez ya tocaba algo que no fuera un dulce, ¿no? ¡El azúcar estaba acaparando el blog! ¿Os apetecen unas patatas rellenas de carne y puré?

INGREDIENTES
4 patatas hermosas
400 gr de carne picada de vacuno
queso para rallar
tomate frito
media cebolla
orégano y tomillo
leche
sal
pimienta

PREPARACIÓN

  • Lo primero es poner a hervir las patatas enteras. Tienen que hervir bastante, entre 40 y 50 minutos, o incluso más si vemos que al pincharlas con un tenedor, no caen. La textura debe ser la de las patatas de la ensaladilla o de la ensalada de patata.
  • Mientras hierven las patatas, pochamos la media cebolla con un poco de sal. 
  • Cuando esté translúcida, añadimos la carne, que salpimentaremos y marearemos bien en la sartén. 
  • ¡Atención! La carne irá al horno más tarde, así que es preferible apartarla del fuego cuando todavía no esté completamente hecha. Así evitaremos que quede demasiado seca al final del proceso.
  • Es buena idea poner a precalentar ahora el horno (160-180ºC).
  • Cuando las patatas estén listas, las enjuagaremos y partiremos por la mitad. Con un sacabocados o una cuchara en su defecto, sacaremos el relleno dejando solo la piel y una pequeña cuna de patata.
  • En un bol vamos echando la carne de la patata cocida, añadimos un chorrito de leche y un poco de sal y machacamos con un tenedor. Yo pasé la batidora para que el puré quedara aún más fino.
  • Disponemos en la bandeja del horno las cunitas de patata, las rellenamos un poco más de la mitad con el puré y completamos con la carne, bien repartida.
  • Añadimos un poquito de tomate frito (con una salsa casera de tomate seguro que queda aún mejor), especias y queso.
  • Al horno unos 5-10 minutos (todos los ingredientes están ya cocinados) y... ¡a comer!



Las patatas rellenas pueden hacerse de mil cosas... quiero probarlas de verduras o de atún y queso. ¡Desatad vuestra imaginación!

Y ahora quiero haceros un anuncio importante... En Facebook somos ya más de 90 ¿amigos? ¿fans? ¿me gusta?, no sé cómo llamarlo. Pero en cuatro meses, 91 personas han prestado un momento de atención a este blog, y estoy muy agradecida. Por eso se me ha ocurrido esto:


Ya sabes, prepárate porque a finales de mayo tendremos entrada sugerida por los amigos de Facebook! Y si aún no eres alguno de ellos, pincha aquí, ¡que tenemos que llegar a los 100! Gracias a todos!

lunes, 2 de abril de 2012

Ni huevos de pascua, ni conejitos... ¡pestiños!



Vaya por delante que no tengo nada en contra de las costumbres y recetas extranjeras. De hecho (y en este blog ya hay alguna prueba de ello), me encanta probar y experimentar con ingredientes y platos típicos de otros países. Sin embargo, me da un poco de lástima que en muchos blogs españoles veamos estos días infinidad de recetas y proyectos DIY enfocados a la pascua y al modo en el que se celebra más allá de nuestras fronteras: conejitos, huevos de pascua, colorines por todos lados... No me parece mal adoptar también esas nuevas ideas, siempre y cuando no sea en detrimentos de lo que nosotros hacemos, celebramos y saboreamos estos días.

Sobre todo, siendo de Sevilla, sería una pena desperdiciar todo lo que mi ciudad tiene que ofrecerme. En Sevilla estos días huele a azahar, a incienso, a miel y especias. Hoy, por desgracia, olía también un poco a tierra mojada. Sevilla estos días huele a familia, a zapatos nuevos, a la túnica recién planchada esperando que toque su día. Huele a fe y a tradición, pero también a alegría y al caramelo que piden los niños.

Así que esta vez, he dejado aparte mi afán de internacionalización y me he decantado, con mucha paciencia y una compañía entregada, a estos dulces de origen árabe que llevan nombre de primavera: ¡pestiños!


INGREDIENTES

  • Medio kilo de harina
  • 200 ml de vino blanco
  • 200 ml de aceite de oliva virgen
  • un chorrito de anís seco o dulce
  • una pizca de sal
  • una pizca de canela
  • 10 gr de matalahúva o anís en grano
  • 10 gr de ajonjolí
  • la piel de una naranja
  • miel abundante (medio kilo aprox)



PREPARACIÓN
  • Calienta el aceite con la cáscara de naranja para aromatizar. En un bol prepara la harina y haz un hueco en medio.
  • Cuando el aceite esté caliente, retíralo del fuego, saca la cáscara de naranja y añade las semillas de sésamo y anís. Deja enfriar 2-3 minutos y a continuación viértelo en el hueco de la harina.
  • Añade a la mezcla el vino y el chorrito de anís.
  • Remueve primero con una cuchara para integrar todos los ingredientes y después amasa con las manos hasta conseguir una pasta homogénea y que se pegue a las manos lo menos posible.
  • Deja reposar una hora.
  • Transcurrido el tiempo de reposo, haz pequeñas bolitas con la pasta, aplástalas bien hasta que tengan el menor grosor posible y ciérralas sobre sí mismas, como tapando el centro de la circunferencia con los dos extremos. Así se les da su forma típica. (A mí me gusta hacerlos y comerlos pequeñines, para eso hay que coger bolitas de pasta muy pequeñas... se hace un poco más largo pero después merece la pena!)
  • FORMA ALTERNATIVA bastante más rápida: Puedes extender la masa con un rodillo hasta formar una capa finita y a continuación cortar círculos o cuadrados del tamaño deseado. Después se doblan sobre sí mismos y punto.
  • Cuando los tengas, fríelos en en aceite de girasol que no esté excesivamente caliente. Así evitarás que se queden crudos por dentro y hechos por fuera.
  • Preparamos en una olla o perol la mezcla para enmelar los pestiños: ponemos la miel a fuego lento y rebajamos con agua. La proporción agua-miel es muy personal, depende de cuán "melosos" quieras los pestiños. Pero es bueno que, al menos al principio, la mezcla sea más bien líquida (conforme el agua se vaya evaporando la mezcla va convirtiéndose en solo miel).
  • Cuando los pestiños estén doraditos, los sacamos del aceite y los pasamos por la mezcla de miel, dejando que se bañen abundantemente. 
  • Los ponemos en una bandeja y ¡listo!



Para esta receta confieso que también ha habido un proceso de ensayo-error... pero como me pasó la última vez, me alegro de haberme equivocado la primera vez para haber aprendido a base de bien y poder ofrecer aquí una receta 100% fiable. Así que no tenéis excusa, que todavía queda mucha Semana Santa por delante... ;)

jueves, 29 de marzo de 2012

Muffins de Werther's Original con sorpresa de chocolate


¿No os pasa a veces que tenéis ingredientes por casa que os inspiran? Yo compré en Navidad estos caramelos blanditos de la marca Werther's Original y casi oía cómo me llamaban... "¡Haz algo con nosotrooos!". Así que un viernes, aprovechando que mi hermana traía amigos a casa, me lancé. Confieso que, aunque me basé en otra receta para muffins bastante básica, no sabía si con los caramelos la textura y el sabor serían los correctos... ¡Pero acerté!

INGREDIENTES

  • 100 gr de caramelos blandos Werther's Original
  • 250 gr de harina
  • 130 gr de azúcar
  • 1 huevo
  • 200 gr de nata líquida
  • 80 ml de aceite vegetal
  • 2 1/2 cucharaditas de levadura en polvo
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
  • 100 gr de chocolate con leche



PREPARACIÓN

  • Precalienta el horno a 180ºC.
  • Mezcla la harina (tamizada) con la levadura y el bicarbonato en un bol grande.
  • Bate el huevo e incorpora el azúcar, el aceite y la nata.
  • En un cazo, funde a fuego lento los caramelos. ¡Deja aparte uno o dos para decorar!
  • Sin dejar de mover suavemente los caramelos hasta que se hayan fundido, incorpora poco a poco la mezcla líquida hasta que se haga una pasta homogénea de color caramelo (mmmm...).
  • Vierte esa mezcla en el bol grande y, con movimientos envolventes pero "cariñosos", mézclalo todo.
  • Distribuye la mitad de la masa en los moldes de papel, llenándolos poquito (como menos de la mitad de su contenido).
  • Pon una onza de chocolate en cada molde y a continuación cúbrela con un poco más de masa. (Como siempre, no llenamos los moldes hasta arriba, sino unas 3/4 partes).
  • ¡Al horno! Deberán estar unos 25 minutos a 180º, o hasta que veamos que la parte superior toma un color dorado.
  • Para la presentación, con un rallador rallamos algún caramelo y alguna onza que haya sobrado para formar virutas sobre la superficie de los muffins.


Parecen unas magdalenas cualesquieras... Pero le pegas el primer bocado y ya notas el saborcillo como a toffe... Y luego cuando llegas al corazón, te encuentras esto:


Una onza de chocolate en estado semi-derretido que le da un toque delicioso...

Ya veis, con un poco de imaginación y aquel ingrediente clave que nos inspira, pueden salir cosas curiosas. ¡Animaos! ;)

miércoles, 14 de marzo de 2012

Tarta tres chocolates... ¡infalible!


¡Hola a todos! Por fin, después de mucho esperar y algún intento fallido, os puedo traer esta tarta, la famosa tarta tres chocolates. Para mí, publicar aquí esta tarta es como romper un maleficio. La primera vez que intenté hacerla salió desastrosa, he aprendido de la experiencia, me he autoexigido la perfección y aquí os la traigo. La ventaja es que con los truquitos que iré dando, a vosotros esta tarta os saldrá bien a la primera. Ahora sí que sí... ¡es una receta infalible!

INGREDIENTES

400 gr de galletas (María, Chiquilín...)
100-120 gr de mantequilla
medio vaso de café (opcional)
150 gr de chocolate negro
150 gr de chocolate con leche
150 gr de chocolate blanco
600 ml de nata líquida
600 ml de leche
3 sobres de cuajada
(Opcional: para decorar la tarta podemos usar cacao en polvo, conguitos, ... yo hice estas hojitas con el chocolate con leche que sobró)

PREPARACIÓN


  • Machacamos las galletas y las metemos en una batidora hasta convertirlas en un polvo muy fino. Derretimos la mantequilla en el micro a baja potencia y la incorporamos al polvo de galletas hasta formar una pasta homogénea. La cantidad de mantequilla es algo bastante relativo, depende de sí añadís o no el chorrito de café (yo lo recomiendo encarecidamente, se nota muy poco y combina con el chocolate.... umm!).
  • Con una espátula esparcimos la pasta de galleta sobre la base de un molde desmontable y reservamos.
  • Empezamos con las capas de chocolate. En un cazo ponemos 200 ml de nata líquida (un brick) y 200 ml de leche (un vaso escasito), dejando un culín de leche reservado sin añadir al cazo.
  • Mientras se caliente el contenido del cazo a fuego lento, diluimos un sobre de cuajada en lo que queda de leche. TRUCO: Como veis, esta receta no lleva azúcar. La primera vez la hice con azúcar y me pareció demasiado dulce, y el sabor del chocolate ya es buenísimo de por sí como para endulzarlo. Creo sinceramente que es una mejora.
  • Agregamos el chocolate negro troceado y sin dejar de remover añadimos la leche con la cuajada. TRUCO: algunas recetas recomiendan que no llegue a hervir. Yo recomiendo que hierva muuuy poco, que la mezcla haga un par de veces "plob, plob" y lo saquemos. Cuaja mucho mejor si la hemos dejado llegar a ese punto.
  • Retiramos en seguida la mezcla, que ya será un todo homogéneo y fino, y la vertemos sobre la base de galletas. Metemos en el frigo inmediatamente.
  • Nos preparamos para hacer la segunda capa, exactamente igual: 200 ml de nata, 200 ml de leche menos el culín que reservamos para mezclar con la cuajada, el chocolate con leche, fueguito lento, cuando el chocolate empiece a fundirse añadimos la cuajada, y sin dejar de remover llevamos a punto de ebullición.
  • Cuanto más a fuego lento lo hagamos, mejor, porque TRUCO: tiene que pasar un cuarto de hora generoso, 20 minutillos, antes de superponer las capas. Si no, no habrá dado tiempo a que cuaje la primera capa, y al verter la segunda, se mezclarán como dos líquidos y perderá toda la gracia. Así que sed pacientes (a mí me cuesta mucho, pero merece la pena). Y aún así, si al tacto o a la vista no parece que al menos la capa superficial esté cuajada, no vertáis la segunda.
  • Cuando haya trascurrido el tiempo y la segunda mezcla esté lista, la retiramos del fuego. TRUCO: Con un tenedor rayamos con cuidado toda la superficie de la primera capa de chocolate, que ya estará cuajada o semi-cuajada. Así hacemos que al penetrar la segunda capa queden unidas, porque de otra manera corremos el riesgo de que una capa deslice sobre otras.
  • Para verter la segunda capa sobre la primera, lo haremos poniendo la espátula para amortiguar la caída del chocolate, para que pierda fuerza y no rompa la superficie cuajada del chocolate negro ni haga agujeros.
  • ¿La segunda capa ya está en el molde? Pues al frigo corriendo.
  • Para cuando lleguéis a este punto, ya sale todo automático: nata y leche a fuego lento, reservo leche para la cuajada, añado el chocolate blanco, remuevo, espero, huelo, (mmm), está derretido, pues añado la cuajada, sigo removiendo con calma, y cuando esté listo y haga "plob plob", retiro del fuego.
  • Repetimos la operación del tenedor con la capa de chocolate con leche para "hermanar" una capa con otra.
  • Vertimos la  mezcla de chocolate blanco y... ¡listo! Al frigo.



Esta tarta debe reposar bastante en el frigo, yo la hice una tarde para el almuerzo del día siguiente. Me encanta lo bonita que es al corte. Es un postre que tiene muchísimo éxito, en el almuerzo donde la llevé VOLÓ literalmente... (¡un saludo a las AA.AA. de las Salesianas, que estuvo genial el evento!). Y ahora explico la decoración que yo elegí:

Cogí dos hojas (bueno, me las trajo a casa un amigo de mi hermana, gracias Pato!), las lavé muy muy bien y las pasé por media tableta de chocolate con leche que había fundido a baja potencia en el micro. Hay que pasarlas por el reverso de la hoja para que cojan la forma. Las puse en un plato y las dejé en el frigo hasta el día siguiente, cuando las desmoldé con mucho cuidado tirando del rabito de la hoja. Queda muy vistoso y es extra fácil de hacer!

Hasta aquí la receta de la tarta que más he odiado y amado en toda mi vida. No os asustéis porque la veáis larga, es muy fácil, pero con los consejos que doy se ha alargado un poco... El caso es que os salga a la primera fenomenal, sin pasar por los fallos que me hicieron desesperar a mí. Pero he aprendido mucho de esta tarta: he aprendido que la paciencia es el ingrediente principal de todos los platos y que no hay que descorazonarse por no obtener resultados a la primera. Me alegro de haberme equivocado, porque ahora sé dónde no me voy a equivocar más. ¡Os dejo, disfrutadla muchísimo!

viernes, 24 de febrero de 2012

Palmeritas de hojaldre con chocolate

¿Tenéis un compromiso al que llevar algo de comer pero no tenéis ideas originales? ¿Queréis un dulce resultón en menos de media hora? ¿No tenéis ganas de ensuciar la cocina pero sí de merendar? ¡¡¡Las palmeritas de hojaldre son la respuesta!!!!! Soy FAN de esta receta desde que la encontré en uno de mis blogs de cabecera, Baballa, donde Lucía explicaba en 5 sencillísimos pasos cómo hacer las famosas palmeras de hojaldre. Mi cara cuando leí la receta tuvo que ser como la del muñequito ese de los ojos brillantes y el arcoiris por detrás.

Desde que aprendí la receta, he hecho las palmeritas trillones de veces. Y cada vez disfruto más al comprobar que no se ensucia nada (excepto si hacemos la cobertura de chocolate!) y que se tarda poquísimo... y que siempre, ABSOLUTAMENTE SIEMPRE, son un éxito.

Con el tiempo he aprendido truquitos para mejorarlas o para hacerlas más cómodamente (mejorando lo presente, Lucía, soy tu fan number one!), y últimamente he añadido una cobertura almibarada de chocolate que... ummm.

He aquí el resultado:

INGREDIENTES

  • Una plancha de hojaldre (me gusta la que venden en Mercadona en la parte de refrigerados porque está sin congelar y porque es cuadrada y no redonda)
  • Azúcar... sin medida.
  • 150 gr de chocolate 


PREPRARACIÓN

  1. Lo primero que hacemos es preparar el almíbar  para la cobertura de chocolate: llevamos a ebullición 150 gr de agua (poco más de medio vasito) y entonces añadimos otro vaso, pero de azúcar. Removemos hasta su plena integración, dejamos hervir unos 5 minutos a fuego bajo y después lo retiramos y dejamos enfriar.
  2. Extendemos la plancha de hojaldre en una bandeja de horno sobre el propio papel que envuelve la masa.
  3. Espolvoreamos abundante azúcar por toda la masa.
  4. Ahora viene la parte curiosa: vamos doblando la masa de hojaldre hacia dentro por los dos extremos. Es decir, la vamos cerrando sobre sí misma una y otra vez hasta llegar al centro. Después de cada doblez hay que volver a espolvorear con azúcar.
  5. Cuando hayamos llegado al centro y tengamos un rollito a cada lado, la volvemos a doblar sobre sí misma y ahora tendremos un rollo único y compacto.
  6. Con la medida de nuestro propio dedo (1 cm aproximadamente) vamos haciendo cortes con un cuchillo afilado y disponemos los proyectos de palmerita en la bandeja boca arriba y bien separadas unas de otras, porque se expanden mucho.
  7. Metemos la bandeja en el horno precalentado a 180º y... voilà! En unos 10 minutos se hace la magia y las palmeritas han crecido...Ummm.
  8. Seguimos con la cobertura de chocolate. En un cazo a fuego lento fundimos el chocolate. Cuando esté fundido añadimos el almíbar y lo integramos bien.
  9. Cuando las palmeritas estén listas y sean manejables, las vamos sumergiendo en la cobertura de chocolate sujetándolas con cuidado. 
  10. Dependiendo de la temperatura y la humedad, en 2-3 horas la cobertura solidifica y queda crujientita y deliciosa.



Para los que tengáis muuucha prisa: la versión sin cobertura ya está suficientemente buena por sí sola, y atención... no ensuciáis NADA de la cocina porque no se utiliza ningún utensilio y las palmeras se cuecen sobre el papel de horno que acompaña al hojaldre... Sin exagerar, en 20 minutos las tenéis listas.

Espero que os animéis con esta receta, yo reitero mi agradecimiento a Lucía Baballa que la dio a conocer y a María López, que en su canal de Youtube explica muy requetebien la manera de trabajar el hojaldre.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Tutorial para decorar con fondant de nubes

Aquí estoy por fin, después de casi... ¡un mes! sin actualizar el blog. Ha habido algunos contratiempos, viajes... pero confieso que la principal complicación es que he entrado en un ciclo en el que parecía que nada me salía bien, o al menos lo suficientemente bien como para subirlo al blog.

A colación de esto, quiero hacer una reflexión. Yo, para mis cosas, a veces soy un poco "chapucera", muy de "esto ha salido así y se acabó" (y digo estrictamente para mis cosas, porque para el trabajo soy mucho más autoexigente). Con muchas recetas me ha pasado así toda la vida: no tiene buena pinta, pero total está bueno; no es la textura que esperaba, pero bueno le cambio el nombre... Sin embargo, este blog me ha hecho plantearme que no puedo ofrecer eso. Que para ofrecer recetas y resultados que no sean de calidad, es mejor no ofrecer nada.

Quiero que quien entre aquí tenga la garantía de que no hay trucos, de que esta receta es así y sale bien. Que aunque yo no sea profesional en esto de la cocina, podáis estar seguros de que pongo no solo cariño, sino el empeño profesional que me faltaba hasta ahora. De ahí que no haya actualizado el blog en algún tiempo. He tenido algunos resultados que no daban la talla, y casi he llegado a perder un poco el ánimo, pero por fin tengo material y muchas ganas para seguir con esto.

Y después de este preámbulo, hoy traigo por fin el tutorial para hacer fondant y decorar tartas y bizcochos. Después de mi experiencia solo tengo que decir una cosa: si yo, con mis medios y mi poca experiencia, he podido... ¡cualquiera puede! De verdad. Solo necesitáis tres ingredientes: nubes, azúcar glas y un poco de paciencia.

Esta vez he hecho un montaje con fotos para que todo sea muy gráfico y explícito.


Para hacer el fondant:


  1. En un bol bien engrasado ponemos 150 gr de nubes de azúcar y una cucharada de agua. Yo añadí un chorrito de esencia de vainilla, pero es opcional.
  2. Metemos en el microondas a potencia baja y a intervalos de 40-60 segundos, para controlar que la mezcla no se queme. 
  3. Removemos con una cuchara y repetimos el calentón en el microndas hasta que las nubes se hayan fundido completamente. Este es el momento idóneo para añadir el colorante, ya que se distribuirá muy homogéneamente, aunque hay que tener en cuenta que todo el azúcar que añadiremos a continuación aclarará mucho el color (para conseguir el rosa final, yo tuve que hacer casi roja la mezcla antes de añadirle el azúcar).
  4. Vamos añadiendo el azúcar glas. No hay medida para esto: añadiremos todo el que admita. En total podemos llegar a unos 200 gr. Al principio mezclaremos los ingredientes con una cuchara, porque la masa es muy pegajosa.
  5. Seguimos añadiendo azúcar hasta que la mezcla sea manejable con las manos.
  6. Añadimos azúcar hasta formar una bola que no se adhiera absolutamente nada a las manos.
  7. Embadurnamos la bolita en un poco de mantequilla y la envolvemos cuidadosamente con film transparente.


Atención: el fondant debe reposar en un lugar fresco y seco un día antes de su uso. Por lo que he leído, aguanta hasta un mes en esas condiciones... en mi caso, el sobrante fue paulatinamente desapareciendo por causas misteriosas, jeje, así que no aguantó más de 3 días.

Para decorar con fondant:


  1. Extendemos con el rodillo la masa sobre una superficie con abundante azúcar glas para que la masa no se pegue. Puede que sea necesario dar algún golpe de calor en el microondas a la masa para que sea más manejable. En todo caso hay que intentar manejarla con rapidez.
  2. Cuando el fondant tenga el grosor adecuado, utilizamos este truquito para que no se rompa ni deforme: ponemos el rodillo en medio y lo "abrazamos" con la capa de fondant, para poder moverlo con seguridad.
  3. Montamos el fondant sobre el bizcocho o tarta, ajustando bien los bordes.
  4. Cortamos la pasta sobrante con un cuchillo.
  5. Aplicamos la decoración deseada. En mi caso hice un lazo con unas tiras de fondant y un poco de maña (hubo varias versiones del lazo, todo hay que decirlo!)
  6. Con un pincel de cocina, eliminamos los restos de azúcar que hayan quedado sobre el fondant.


¡Ya está! Es una cosa muy vistosa. ¿Díficil? En absoluto. ¿Laborioso? Un poco. Pero el resultado vale la pena. Y con este macro-post espero haberme hecho perdonar por mi retraso. Ya tengo un par de cosas en la recámara y espero retomar el ritmo ahora que mi blog iba enganchando al público ;) ¡Hasta muy pronto!


miércoles, 25 de enero de 2012

{San Valentín} Bizcocho de chocolate con fondant de nubes


Estamos ya a finales de enero y se acerca peligrosamente esa fecha tan temida.....¡¡San Valentín!! Que conste que a mí no me gusta celebrar esta fiesta con peluchitos, bombones y cenas "cutrespeciales"... Mi teoría es que todos los días pueden ser especiales, me parece rancio esperar a San Valentín... pero esto no es un blog personal y mis teorías no os interesan, ¡así que al lío! Al fin y al cabo cualquier día es bueno para preparar un dulce a un ser querido, así que yo os dejo esta receta y que cada uno la ponga en práctica cuando quiera :)

Es el primer bizcocho que hago con fondant, y para ser la primera vez estoy bastante satisfecha. Ya iré perfeccionando la técnica, pero quiero subrayar una idea: SI YO HE PODIDO, CUALQUIERA PUEDE, así que dejaos seducir por el mundo del fondant que es muy fácil de hacer y ofrece infinitas posibilidades.

Hoy voy a poneros aquí solo la receta del bizcocho en sí, que es bastante normal. Próximamente subiré un "Paso a paso" para que veáis lo fácil que es hacer el fondant y trabajar con él. Así que nos centramos en el

BIZCOCHO DE CHOCOLATE

INGREDIENTES
250 gr de harina
2 1/2 cucharaditas de levadura
1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
1 huevo
80 gr de azúcar
80 ml de aceite
250 ml de leche
150 gr de chips de chocolate


PREPARACIÓN
  • Precalentamos el horno a 180ºC.
  • Como hicimos con los muffins de arándanos, mezclamos por una parte los ingredientes secos (harina, azúcar, levadura y bicarbonato) y por otro los húmedos (leche, huevo, aceite). Una vez ambas mezclas sean homogéneas, las batimos bien para que no queden grumos.
  • Añadimos las chispitas de chocolate y mezclamos con suavidad.
  • Engrasamos un molde con margarina y mantequilla y metemos el bizcocho al horno unos 25 minutos o hasta que veamos que al pinchar, el palo sale seco.

Es una masa de bizcocho muy simple y veréis que lleva poco azúcar. No es casual: el fondant es azúcar puro y duro, así que para que no se haga muy pesado, el bizcocho tiene que llevar menos azúcar del normal.

Dentro de poco haré el "Paso a paso" del fondant y ya veréis que fácil es... Hasta entonces, os dejo con el pobre Cupido, que hubo quien lo consideró un ángel normal y corriente... Aaayy! ;)



lunes, 23 de enero de 2012

Croquetas "3 generaciones"

¿Qué son las croquetas "3 generaciones"? Son aquellas realizadas por la hija supervisada por la madre siguiendo los trucos de la abuela. Es la primera vez que me animo con las croquetas, pero el resultado ha sido buenísimo.


INGREDIENTES

200 gr de carne del puchero (en este caso fue ternera y jamón)
100 gr de harina
1/2 litro de leche
media cebolla
2 huevos
sal, pimienta y perejil
pan rallado

PREPARACIÓN


  • Es importante trocear muy fina la carne y el jamón, ya que esos serán los "tropezones" de las croquetas y no deben ser muy gruesos.
  • Pochamos la cebolla en una sartén grandota y cuando esté dorada añadimos la carne y el jamón.
  • Cuando hayamos salteado un poco la carne, añadimos la mitad de la leche y en la otra mitad desleímos la harina intentando que no se hagan grumos.
  • Añadimos también esa mezcla a la sartén y empezamos a mover, primero suavemente y después con más energía.
  • Batimos y añadimos 1 huevo.
  • Vamos añadiendo la sal, la pimienta y el perejil al gusto.
  • La masa se irá espesando poco a poco, es muy importante remover sin parar para que la mezcla sea fina. La masa debe hervir, es decir soltar burbujas gordotas cuando la masa sea ya densa.
  • La mezcla estará lista cuando, después de hervir un poco, se separe de las paredes de la sartén al removerla.
  • La sacamos a una fuente y la dejamos enfriar y reposar varias horas, hasta que esté completamente fría (yo esperé al día siguiente para formar las croquetas)
  • Ya solo queda darles forma y empanarlas ligeramente, pasándolas por huevo y pan rallado y friéndolas rápidamente.



Creo que voy a hacerlas más a menudo, porque están muy buenas y los ingredientes son baratos y fáciles de encontrar por la cocina. Es fácil hacer variantes sustituyendo la carne por bacalao, gambas, incluso alguna seta... Las posibilidades son infinitas, así que ¡animaos!

PD. Mañana traeré por aquí una receta muy especial... Os doy una pista:


miércoles, 18 de enero de 2012

Pastel de carne... o nuestra versión del Shepherd's Pie


Este es probablemente uno de mis platos favoritos, y lo curioso es que hasta hace muy poco no sabía de dónde había salido. Mi madre lo hace en casa, no muy a menudo pero sí de vez en cuando; yo aprendí a hacerlo porque me encanta. Cuando estuve en Italia, me preguntaban si era un plato típico español, a lo que yo respondía encogiéndome de hombros porque nunca lo había probado fuera de mi casa. Así que cuando preparando una clase de inglés me dio por documentarme un poco acerca de los ingredientes del "Shepherd's Pie" y descubrí que era una capa de puré de patatas sobre un lecho de carne con verduras, me sonó muy familiar. Resulta que llevamos años haciendo una versión de este pie inglés... pero yo me atrevería a decir que lo hemos mejorado ;)

INGREDIENTES
- 1kg de carne picada de ternera
- 800 gr de tomate triturado
- media cebolla
- vino blanco
- 150 gr de queso tierno
- 1 sobre de puré de patatas (4 raciones)
- leche y agua para el puré
- mantequilla
- sal

Aquí se aprecian bien los dos estratos

PREPARACIÓN

- Pocha la cebolla en una sartén con mucha cabida, bien alta.
- En la misma sartén, rehoga la carne hasta que cambie de color y no esté cruda.
- Vierte unos 100 ml de vino blanco y espera a que se evapore el alcohol.
- Añade el tomate triturado y baja el fuego. La idea es tener un ragú pero más bien seco, no líquido. Corrige de sal y azúcar.
- Mientras el tomate se hace a fuego lento con la carne, haz el puré siguiendo las instrucciones del fabricante.
- Pon a precalentar el horno a 180ºC y engrasa con mantequilla (o margarina) un molde.
- Cuando el ragú esté listo (mínimo 20-30 minutos al fuego bajo), viértelo sobre el molde. Cubre la carne con lonchas finas de queso y a continuación vierte el puré sobre el queso. Vuelve a cubrirlo de queso.
- A mí me gusta tenerlo en el horno unos 15 o 20 minutos para que coja cuerpo y al emplatar se quede "tieso" el pastel, pero realmente podemos meterlo solo a gratinar para que se haga el queso.

Este es el pastel al corte. Cuanto más tiempo en el horno, más compactas serán las raciones

Et voilà! No puede ser más sencillo. Además es un plato que suele tener muchísimo éxito. Es un poco intenso, por lo que aconsejo servirlo como almuerzo y no como cena, pero si sobra no pasa nada porque al día siguiente está igual o mejor. ¡A probarlo!

lunes, 16 de enero de 2012

{Imprimible} Etiquetas para congelados

El imprimible de hoy puede parecer un poco marujón, pero todos nos hemos desesperado alguna vez buscando algo en el congelador y encontrando tuppers y bolsas de contenido indescifrable. Pues en el blog de Martha Stewart, que recomiendo, encontré estas etiquetas imprimibles para identificar el contenido y la fecha de congelación.


Tan fácil como descargar la plantilla en pdf desde aquí, imprimirla sobre papel adhesivo y etiquetar lo inetiquetable!

viernes, 13 de enero de 2012

Mmmm... ¡gominolas!

¿Habéis tenido una buena entrada de finde? Espero que sí. Yo estoy muy ilusionada porque poco a poco voy abriendo el blog al público. Quería hacer algo goloso que gustara a toda la gente que está empezando a seguirme (¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!), así que he pensado: ¿qué mejor para darlo a conocer que algo que gusta a todos? ¡Gominolas!


No os imagináis lo fácil que son de hacer. Quedan muy vistosas para una merienda, una fiesta infantil, o simplemente para tener en la alacena e ir picando... Os dejo con la receta.

INGREDIENTES

1 sobre (85 gr) de gelatina de color
1 sobre (20 gr) de gelatina neutra (yo utilicé en láminas, pero supongo que en polvo será incluso más cómodo)
170 ml de agua
255 gr de azúcar
aceite de girasol para engrasar los moldes

PREPARACIÓN

  • Pon en una olla el agua y cuando esté caliente añade las láminas de gelatina neutra una a una. Remueve hasta que estén completamente disueltas en el agua.
  • Añade la gelatina de color y el azúcar.
  • Remueve a fuego lento durante 10 minutos.
  • Engrasa moldes de silicona (en mi caso eran cubiteras) con aceite vegetal y vierte la mezcla.
  • Deja reposar en el frigorífico dos horas.
  • Desmolda las gomitas y "rebózalas" por azúcar.



La inversión de tiempo es mínima y quedan muy auténticas. Naturalmente, se puede preparar con gelatina de varios sabores y así tener un resultado menos monocromático que el mío. Mi experiencia es que recién hechas tienen una textura chiclosa, saben un poco a hand-made, pero después de dejarlas reposar un poco más, cogen la consistencia perfecta de cualquier chuchería comprada en un kiosko... solo que con muchas menos porquerías.

Quiero aprovechar este post para hacer apología de la cocina con niños. Los niños aprenden mucho en la cocina (no solo el "cómo se hace", sino también el trabajo diario que conlleva hacer de comer, orden, limpieza, etc), pero sobre todo se lo pasan genial. Y si encima son recetas vistosas y apetitosas para ellos, mejor. Familiarizar a los niños con la cocina es hacerles un favor para su futuro.

¡Espero que os haya gustado!

miércoles, 11 de enero de 2012

Risotto fácil de champiñones

Aquí estoy otra vez, muy motivada y cada vez con más ideas para ir dando vida a este blog... La receta de hoy la preparé hace tiempo pero hasta ahora no la he podido subir. Se trata de un risotto, que es un plato de arroz de consistencia cremosa. Es un plato típicamente italiano, aunque hoy en día es fácil encontrarlo en cualquier restaurante. 

Vaya por delante que yo no soy muy amiga del arroz, me aburre, pero tenía curiosidad por probar a hacerlo y el resultado me sorprendió. Además, esta receta no lleva nata, que es lo que tradicionalmente da la textura característica al risotto, así que es bastante más ligera de lo habitual. 


INGREDIENTES

250 gr de champiñones
1 l de caldo de ave
2 cucharadas de mantequilla
media cebolla
2 dientes de ajo
2 vasos de arroz
1/2 taza de queso parmesano rallado
perejil y albahaca

PREPARACIÓN
  • Funde la mantequilla en una sartén con bastante fondo y pocha la cebolla con el ajo. Agrega los champiñones en láminas finas.
  • Calienta en el microondas o en un cazo el caldo.
  • Echa el arroz a la sartén con los champiñones y agrega una taza de caldo caliente. Llévalo a ebullición y déjalo hervir bajito hasta que todo el líquido se haya evaporado.
  • Repite la operación (echar caldo-esperar a que evapore) hasta terminar con todo el caldo. Así es como el arroz adquiere la textura cremosa. 
  • Baja el fuego al mínimo y agrega el perejil, la albahaca y el queso. Remueve y deja reposar un par de minutos antes de servirlo.


Para hacer este risotto me inspiré en una receta que saqué de un libro que me encanta y que me ha servido mucho: "Bueno, bonito y barato. 200 recetas tan ricas como económicas". Algún día tengo que dedicar un post a mis libros, porque es un tema importante. Es verdad que en internet hay de todo, pero un par de libros de cabecera no vienen mal. ¡Hasta pronto!