¡Se acabaron las vacaciones! Para mí y para el blog... Esto de cocinar y no publicar no puede ser. Así que cerramos la temporada veraniega con una receta que os sorprenderá por lo fácil que es.
¿Quién no conoce las galletas decoradas o glaseadas? Son una alegría para la vista y para el paladar. Incluso hay veces que da pena comérselas. Pues bien, os doy una noticia: no hace falta que vayáis a una repostería cara a comprarlas o a un bautizo a que os regalen una. Las galletas decoradas son FACILÍSIMAS de hacer. (Ojo, como es natural, para decorar a altos niveles si harían falta herramientas y técnicas un poco enrevesadas. Pero las técnicas básicas son tan fáciles que las puede hacer cualquiera, lo garantizo).
Lo primero que necesitamos es una masa de galleta, digamos, básica. Yo elegí una receta de galletas de mantequilla que El Monstruo de las Galletas publicó hace tiempo.
INGREDIENTES
150 gr de mantequilla
150 gr de azúcar
50 ml de leche
1 huevo
325 gr de harina
una pizca de sal
Para el glaseado:
1 clara de huevo
100-150 gr de azúcar glas
colorantes alimentarios
PREPARACIÓN
- Sacamos la mantequilla media horita antes de la nevera, para que sea más fácil de manejar. La mezclamos en un bol con el azúcar.
- Batimos y añadimos el huevo.
- Tamizamos la harina con la sal y vamos añadiendo la leche a chorritos conforme vamos mezclando.
- Trabajamos la masa ligeramente, hasta que sea una masa homogénea, y a continuación hacemos una bola con la masa, la envolvemos en film transparente y la dejamos reposar media hora en la nevera.
- Mientras la masa reposa, el horno se ha ido precalentando a 180ºC.
- Sacamos la masa del frigo y la estiramos con un rodillo sobre una superficie limpia y espolvoreada de azúcar glas.
- En cuanto al grosor de la plancha de masa: no recomiendo que sea ni muy fino (se rompería / quemaría por los bordes) ni muy grueso (no se cocería por dentro). El grosor que veis en las fotos va bastante bien.
- Con un cortador o incluso con un vaso vamos haciendo las formas deseadas.
- Placa de horno con papel vegetal y adentro 12 minutos, vigilando siempre por si hay que sacarlas un poquito antes o dejarlas algún minutín más (cada horno es un mundo, señores)
¡Tachán! Ya tenemos las galletas. Ahora vamos con la parte divertida: glasear. No os preocupéis si no tenéis mangas pasteleras. Por supuesto, es recomendable tenerlas y poderles ensamblar boquillas de diferentes tamaños... pero si son vuestras primeras galletas glaseadas, con una sola boquilla o con una bolsa de plástico para congelados tenéis más que suficiente.
PREPARACIÓN DEL GLASEADO
- Montamos la clara a punto de nieve (no necesariamente muy duro).
- Vamos añadiendo poco a poco el azúcar glas.
- Ahora llega el momento de separar, al menos, dos colores (uno para los bordes y otro para el relleno). El glaseado de los bordes debe ser más denso, y el del relleno, más líquido y maleable. Así que con mucho cuidado pasamos a un bol más pequeño la cantidad de glaseado que estimemos que vayamos a usar para los bordes. CÓMO SABER SI TIENE LA TEXTURA PERFECTA PARA HACER LOS BORDES (LINING): si con una cucharilla cogéis una pequeña porción, dibujáis una línea sobre el resto del glaseado y tarda unos segundos en desaparecer, tenéis la consistencia adecuada. No os preocupéis si os parece líquido: se puede añadir un poco más de azúcar glas hasta obtener la textura que buscáis. En el caso de mi receta, el glaseado exterior era en color blanco, así que no tuve que añadir ningún colorante. Cuidado si usáis colorantes líquidos, ya que van liquidar la mezcla.
- En el bol con la mezcla original de glaseado (podemos incluso separar más boles si queremos más colores), añadimos el color deseado y vamos experimentando con la textura.CÓMO SABER SI TIENE LA TEXTURA PERFECTA PARA HACER EL RELLENO (FILLING): Haciendo la misma operación con la cucharita, sabremos que el glaseado tiene la consistencia perfecta si, aún siendo algo denso, rápidamente el "hilo" de la cuchara se funde con el resto del contenido del bol. Si nos parece demasiado denso para eso, podemos añadir unas gotas de agua o de zumo de limón. Pero solo unas gotas y probando sucesivamente.
¡A COLOREAR!
- Empezamos por el glaseado "duro", el exterior. Llenamos la manga pastelera o bien una bolsa de plástico para congelar con nuestra mezcla. Para llenarla, lo más fácil es colorarla dentro de un vaso y hacer caer los bordes de la manga o de la bolsa por los lados del vaso. Con una espátula rellenamos la manga o bolsa y a continuación subimos y cerramos el recipiente. (Dios mío, con lo fácil que es y qué complicado parece explicado con palabras! VÍDEO AQUÍ).
- Si estamos usando una bolsa, es el momento de hacerle un pequeñíííísimo corte a la bolsa de plástico por donde queramos que salga el glaseado.
- Y ya, pues nada, con un poco de paciencia dibujamos el contorno de la galleta, o tal vez el contorno y una carita sonriente en medio... Lo que queráis.
- Preparamos OTRA manga pastelera o bolsa para el glaseado de color. Esto es bastante más fácil, simplemente vamos vertiendo el glaseado en el interior de la galleta. Si lo habéis hecho bien, veréis como el glaseado exterior hace de "muro de contención" para el relleno.
- Antes de que se sequen podemos añadir virutas de chocolate, perlitas, estrellitas, almentras picadas... Todo va bien, imaginación al poder!
Y para que veáis que a veces no me salen las cosas, pero hay que tener inventiva para solucionar los imprevistos... Estas galletas las hice para un evento familiar, así que hice EL DOBLE de la receta de galleta. Aunque tenía bastante glaseado, no calculé bien y me quedé sin glaseado exterior para muchas galletas. ¿Qué hice? Añadir más azúcar glas a la mezcla para el filling, de manera que no fuera demasiado líquida. Y con eso las decoré y las salvé :)
Una vez que hayáis terminado la decoración, las galletas deben reposar a temperatura ambiente sin apilarlas ni mezclarlas al menos por una hora o dos. Cuando el glaseado se ha endurecido son mucho más manejables.
¿Os ha gustado esta receta? Es bastante divertido y estas galletas lucen mucho, os lo aseguro.